El Museo Nacional del Prado es uno de los más importantes del mundo en pintura europea de los siglos XVI al XIX, así como uno de los más visitados. El edificio, que alberga obras de Velázquez, Goya, Rubens o el Bosco, fue diseñado por el arquitecto Juan de Villanueva en 1785, como Gabinete de Ciencias Naturales, por orden de Carlos III.
No obstante, el destino final de esta construcción no estaría claro hasta que su nieto Fernando VII, impulsado por su esposa la reina María Isabel de Braganza, tomó la decisión de destinar este edificio a la creación de un Real Museo de Pinturas y Esculturas. Ampliado en varias ocasiones, no sería hasta 2007 cuando se concluyó la ampliación más importante de su historia, llevada a cabo por el arquitecto Rafael Moneo.
En la actualidad, el Museo del Prado conforma un campus museístico formado por: l edificio Villanueva (22.043 m2), el Claustro de los Jerónimos (14.447 m2), el Casón del Buen Retiro (5.506 m2), el edificio administrativo de la calle Ruiz de Alarcón (3.326 m2), y el Salón de Reinos del Palacio del Buen Retiro (45.322 m2).
Junto con el Museo Nacional del Prado y el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, el Museo Thyssen-Bornemisza forma el llamado Triángulo del Arte de Madrid, meca de numerosos turistas de todo el mundo. Se encuentra situado en el Palacio de Villahermosa, edificio que sufrió varias transformaciones hasta que se convirtió en el museo de hoy.
Dichas obras comenzaron en enero de 1990, bajo las órdenes del arquitecto Rafael Moneo, con el reto de adaptar el viejo palacio a las condiciones y servicios requeridos por las obras de arte. Durante este proceso, se trasladó la entrada principal del edificio de la Carrera de San Jerónimo al jardín sobre la calle Zorrilla, convirtiendo la fachada norte en punto de arranque para la nueva estructura.
Pasados unos años, se realizó una ampliación que proporcionó al museo un 50% más de superficie. Llevada a cabo por el equipo de arquitectos Manuel Baquero, Robert Brufau y el estudio BOPBAA, se buscó que los dos edificios, el antiguo y el nuevo, quedaran convertidos en un único espacio, capaz de compartir actividad y recorridos. Para ello, se demolieron parcialmente los edificios anexos al Palacio de Villahermosa, manteniendo la crujía posterior y toda su fachada para rehabilitarla. Se mantuvo la relación de las fachadas centenarias con el barrio, al tiempo que la intervención liberaba parte de la antigua parcela para levantar en ella un edificio moderno a medida para los usos más públicos: las salas de exposiciones. El resultado final es un edificio en forma de “L” destinado principalmente a oficinas y servicios internos, que envuelve una construcción de nueva planta conectada con el Palacio de Villahermosa y destinada a zona de exhibición.
El Banco de España creó su Archivo el día 9 de enero de 1783. Fecha desde la que conserva un gran fondo de documentos, desde mitad del siglo XVIII hasta nuestros días. Estos fondos ocupan unos 40 Km. lineales de estantería, de los cuales una cuarta parte se consideran históricos y el resto relacionados con la gestión de la institución.
Se conservan todos ellos en el edificio de las oficinas centrales del Banco de España, uno de los edificios más emblemáticos de Madrid y de la arquitectura española del siglo XIX. Con fachadas a la plaza de Cibeles, a la calle Alcalá, el paseo del Prado, fue construido en 1884 por los arquitectos Eduardo de Adaro Magro, José Yarnoz Larrosa y Severino Sainz de la Lastra.
Con una superficie construida total de 4.736 metros cuadrados, compuesto de tres cuerpos con decoración ecléctica, columnas de orden gigante o fachada en chaflán, el edificio ha sido ampliado hasta en tres ocasiones, en 1927, en 1969 y en 2006, cuando Impernor Asbitra contribuyó a estanqueizar los muros del sótano a fin de poder conservar de forma segura la todo el archivo histórico acumulado por el Banco de España a lo largo de su historia.
Como dato curioso, os informamos, por difícil que sea de creer, que en la azotea del Banco de España existe un helipuerto el cual impermeabilizamos en el 2013. En la actualidad, se encuentra completamente operativo aunque, nunca ha sido utilizado.
En el Archivo de la Biblioteca Nacional de España se custodian dos fondos documentales: el archivo de la Biblioteca Nacional de España, donde se conservan los documentos producidos y recibidos por ésta en el ejercicio de sus actividades desde su fundación, en 1712, hasta hoy; y el archivo de la Junta Facultativa de Archivos, Bibliotecas y Museos, fondo de extraordinaria importancia para el conocimiento de la historia de Archivos, Bibliotecas y Museos españoles durante un siglo.
El Palacio de Biblioteca y Museos, que alberga a la Biblioteca Nacional y su Archivo, obra del arquitecto Francisco Jareño, comenzó a construirse en 1866 y abrió al público por primera vez el 16 de marzo de 1896.
El magnífico edificio donde se encuentra el archivo es Monumento Nacional desde el año 1983. Destaca la fachada adornada con seis esculturas y once medallones que representan a los grandes autores de la literatura española, y el bello frontón, esculpido en mármol por Agustín Querol, que simbólicamente, dicen, nos transmite la sabiduría si nos decidimos a subir por la escalinata y entrar en la Biblioteca.
El Museo de Historia de Madrid, que acoge un completo recorrido por la historia de la capital española, ocupa el edificio del Real Hospicio de San Fernando, construido en el siglo XVIII por el arquitecto Pedro de Ribera y es considerado como una de las obras más representativas del barroco español.
En julio de 2002 comenzaron las obras de rehabilitación integral del edificio, dirigidas por el arquitecto Juan Pablo Rodríguez Frade, armonizando el respeto por los elementos originales con la adecuación a los criterios museográficos más modernos, con el fin de mejorar la atención al visitante. La reapertura, tras más de una década de espera, se produjo al fin el 10 de diciembre de 2014.
El Matadero Madrid fue un conjunto de cuarenta y ocho edificios dedicado a realizar funciones de matadero industrial y mercado de ganado durante las décadas centrales del siglo XX que hoy en día se ha convertido en un espacio vivo y cambiante al servicio de los procesos que apoyan la construcción de la cultura del presente y del futuro.
Diseñado desde sus inicios como un «proyecto abierto», con espacios dejados explícitamente libres para permitir futuras expansiones, no sufrió cambios significativos durante su periodo de funcionamiento como matadero. Pero, tras su cierre definitivo en 1996, las instalaciones quedaron sin uso hasta que en 2003 se decidió su transformación en un espacio cultural, que abrió sus puertas en 2007.
El Archivo General de Simancas, fundado por Carlos I en 1540 en el castillo de Simancas, es el primer y más antiguo archivo oficial de la Corona de Castilla. Sus fondos documentales están constituidos por dos grandes bloques: los pertenecientes a la época austriaca y los de la época borbónica.
En su interior se desarrollan no sólo tareas de conservación y catalogación de los documentos que alberga, sino que además es un museo y un lugar en el que se puede investigar a partir de sus fondos. Por todo ello, la Unesco le otorgó la distinción de Patrimonio de la Humanidad en 2017 dentro de su categoría Memoria del mundo.
El edificio es singular. El castillo que conocemos hoy en día se debe a las reformas del siglo XVI, de Juan de Herrera y Francisco de Mora. Mientras que el muro que lo rodea, los cubos, las almenas, el foso, la entrada y dos puentes son de la época medieval. Por otro lado, la capilla fue reformada por la familia Enríquez en el siglo XV; la actual es una reforma de los años 1950 y tiene una hermosa bóveda estrellada pintada, donde están representadas las armas de sus fundadores: Don Alonso Enríquez y Doña Mª de Velasco.
Además, se han efectuado grandes e importantes obras para conservar el edificio como Archivo General. ¿Te contamos un secreto?, entre otras estancias valiosas, existe una cámara incombustible donde están la mayoría de los documentos.
El Museo Nacional de Ciencia y Tecnología de Alcobendas re-abrió sus puertas como como MUNCYT el 12 de diciembre de 2014, realizando una propuesta que fusiona las colecciones del museo con la divulgación científica y tecnológica, tratando temas como la microscopía, el cine, la fotografía, la medicina o la tecnología de la vida cotidiana.
La institución está configurada por un edificio principal de 7.000 metros cuadrados, confeccionado por el arquitecto Robert y Esteve Terrades. El centro cuenta con 12.000 m², distribuidos en tres plantas conectadas por rampas circulares que rodean las salas de exposiciones, las cuales llegan a abarcar más de 2.500 m² de la superficie total.
En la actualidad, como sede del MUNCYT, el edificio sigue estando compuesto de cinco grandes zonas heredadas de su etapa como Cosmocaixa: Las exposiciones temporales, la exposición permanente, el salón auditorio, el Planetario digital y un amplio parque-jardín.
Entre los rasgos característicos del exterior del museo destaca el Planetario digital (el cual utiliza imágenes 3D proyectadas sobre una pantalla semiesférica de 10 metros de diámetro), que puede observarse en la azotea del edificio como una estructura metálica abovedada.