El estanque de tormentas, conocido también como tanque de tormentas o aliviadero, es una estructura de alcantarillado de grandes dimensiones que permite recoger y retener el agua de la lluvia y las aguas “negras” (procedentes de las viviendas) para su tratamiento posterior en la estación depuradora.
Este elemento de control de la red de saneamiento está destinado a limitar el caudal producido durante las precipitaciones, evitando las posibles inundaciones y que las primeras lluvias, las más contaminadas, se viertan directamente a sistemas naturales acuáticos, como ríos o arroyos.
Durante la época de sequía, las aguas residuales son conducidas directamente a las estaciones de tratamiento. Sin embargo, en las épocas lluviosas, las estaciones suelen superar su capacidad, por lo que el agua de escorrentía generada por las precipitaciones, junto con las aguas residuales, se conducen mediante las llamadas “Descargas de los Sistemas Unitarios”(DSU) a los estanques de tormentas.
Los estanques de tormentas retienen las DSU hasta que estas puedan ser gestionadas en las estaciones de tratamiento de aguas residuales. Así, se minimizan los problemas medioambientales provocados por la primera fase del evento lluvioso, donde se concentra la mayor parte de la contaminación, ya que es este agua el que lava calles, coches, o arrastra desperdicios e, incluso, animales muertos.
Un tanque de tormentas consta de 4 partes:
Los estanques de tormentas pueden ser colocados en serie o paralelo.
El estanque de tormentas de Arroyofresno, ubicado en el Club de Campo, fue construido por el Ayuntamiento de Madrid con el fin de recoger el agua de la lluvia y las aguas fecales para su tratamiento posterior en la depuradora de Viveros de la Villa
Esta infraestructura construida con el propósito de mejorar las aguas del río Manzanares, recogiendo el agua caída en la zona noroeste de la capital, contó con una inversión de 105 millones de euros. Y, tras su finalización en 2009, pasó a formar parte del Plan para la Mejora de la Calidad de las Aguas del Río Manzanares, que se complementa con otros 28 estanques. Gracias a los cuales las instalaciones madrileñas tratan alrededor de 1,3 millones de metros cúbicos de agua al día.
Una impresionante estructura no solo por sus funciones y dimensiones: 140 metros de ancho, 290 de largo, 22 metro de profundidad y una capacidad de 400.000 metros cúbicos, (ocho veces la del estanque del retiro). Sino también por su reminiscencia a los aljibes árabes, una característica que le ha convertido en escenario de algunas películas.